
Cada 8 de septiembre conmemoramos una fecha significativa en el calendario de nuestra comunidad: “La Vida Consagrada“. Este día nos invita a reflexionar sobre el profundo compromiso de quienes han dedicado sus vidas al servicio de Dios y al bienestar de los demás a través de la vida consagrada.
En el seno de nuestra Iglesia, la vida consagrada es un testimonio vivo de fe, esperanza y caridad.
“Vivir la vida consagrada para mí es ser un reflejo de la vida de Jesús en el mundo y viviendo esto en comunidad”. (Hno. Mamerto)
“Vivir en vida consagrada es vivir en plenitud existencial” (Hno. Juan Carlos)
Hoy, en particular, queremos rendir homenaje a los Hermanos de la Sagrada Familia, quienes con su dedicación y amor han sido faros de luz y esperanza en nuestra comunidad educativa. Su entrega incondicional y su ejemplo de vida nos enseñan el verdadero significado del servicio y la solidaridad.
“Ser Hermano de la Sagrada Familia es para mí vivir la fraternidad según el estilo de vida propuesto por el h Gabriel y los demás Hermanos a lo largo del tiempo” (Hno. Mamerto)
Hoy también invitamos a cada uno de ustedes a reflexionar sobre cómo podemos vivir nuestra propia vocación, ya sea en el ámbito educativo, familiar o profesional, con el mismo fervor y dedicación que los consagrados nos muestran.
Que este día nos inspire a seguir trabajando con entusiasmo y generosidad en nuestra misión diaria, y que el ejemplo de vida de nuestros hermanos y hermanas consagrados nos impulse a vivir con mayor autenticidad nuestro propio llamado.
Damos gracias por el don de la Vida Consagrada y por todos aquellos que viven su vocación con generosidad y amor.
“Ser Hno. de la Sagrada Familia es el modo que Dios me regaló, que me hace pleno y feliz, me revela el misterio de Dios, la vivencia profunda del Espíritu de Familia” (Hno. Juan Carlos)
